15 abril 2010

El encuentro con el alma

Onward she passed seeking the soul's mystic cave.
At first she stepped into a night of God.
The light was quenched that helps the labouring world,
The power that struggles and stumbles in our life;
This inefficient mind gave up its thoughts,
The striving heart its unavailing hopes.
All knowledge failed and the Idea's forms
And Wisdom screened in awe her lowly head
Feeling a Truth too great for thought or speech,
Formless, ineffable, for ever the same.
An innocent and holy Ignorance
Adored like one who worships formless God
The unseen Light she could not claim nor own.
In a simple purity of emptiness
Her mind knelt down before the unknowable.
All was abolished save her naked self
And the prostrate yearning of her surrendered heart:
There was no strength in her, no pride of force;
The lofty burning of desire had sunk
Ashamed, a vanity of separate self,
The hope of spiritual greatness fled,
Salvation she asked not nor a heavenly crown:
Humility seemed now too proud a state.
Her self was nothing, God alone was all,
Yet God she knew not but only knew he was.
A sacred darkness brooded now within,
The world was a deep darkness great and nude.
This void held more than all the teeming worlds,
This blank felt more than all that Time has borne,
This dark knew dumbly, immensely the Unknown.
But all was formless, voiceless, infinite.


Savitri siguió adelante buscando la mística cueva del alma.
Al principio entró en una noche de Dios.
Quedó extinguida la luz que ayuda al esforzado mundo,
El poder que lucha y tropieza en nuestra vida;
Esta poco eficiente mente desistió de sus pensamientos,
El esforzado corazón de sus infructuosas esperanzas.
Cesaron todo conocimiento y las formas de la Idea,
Y la Sabiduría ocultó intimidada su modesta cabeza
Al percibir una Verdad demasiado grande para el pensamiento o la palabra,
Amorfa, inefable, por siempre la misma.
Una inocente y sagrada Ignorancia
Adoró como uno que adora a un Dios sin forma
La invisible Luz que no podía reclamar ni poseer.
En una simple pureza de vacuidad
Su mente cayó de rodillas ante lo incognoscible.
Todo fue abolido excepto su desnudo ser
Y el postrado anhelo de su rendido corazón:
No había resistencia en ella, ni el amor propio de la fuerza;
El altanero ardor del deseo había desaparecido
Avergonzado, una vanidad del yo separado,
La esperanza de grandeza espiritual había huído,
No pretendía la salvación ni una corona celestial:
La humildad parecía ahora un estado demasiado altivo.
Ella no era nada, Dios sólo era todo,
Pero a Dios no lo advertía sólo sabía que estaba.
Una sagrada oscuridad se aposentó ahora en su interior,
El mundo era una profunda oscuridad enorme y desnuda.
Esta vaciedad contenía más que todos los mundos ingentes,
Esta vaciedad percibía más que todo lo que el Tiempo ha dado,
Esta oscuridad conocía calladamente, inmensamente lo Desconocido.
Mas todo era amorfo, mudo, infinito.


Libro Siete: El Libro del Yoga
Canto V: El Encuentro con el Alma
página 522.01